La ambición desmedida hacia el dinero y el poder parecen conducirnos a tiempos de la alta tensión, por consiguiente el circulo vicioso del estrés moderno pero con fuertes raíces en nuestra forma de pensar primitiva de la combinación de un cerebro dividido donde uno de los hemisferio nos dice hagamos esto y el otro en contraposición. Una forma reptil de ese órgano que aceleró a un paso para pasar a uno de tipo mamífero y finalmente a la mente humana.